Los días pasan, y ellos se olvidan. Los días pasan y todo parece volver a la normalidad. Lo que no saben, es que dentro de los dos quedó una llama encendida que no parece querer apagarse. Ya sus miradas no se cruzan constantemente, ni se regalan sonrisas encantadoras. Ya no ocupan ni la cuarta parte del tiempo que antes ocupaban en el teléfono. Ya creen que todo terminó. Pero lo que no saben, es que el tiempo ayuda a olvidar, pero no borra el pasado. Ese pasado que disfrutaron juntos, ese pasado que parecía estar formando un futuro perfecto, pero que ni siquiera llegó a ser un presente. Ninguno de los dos supo porqué la historia terminó, porqué si había tanto amor de los lados tuvo que acabar.
Pero ese día, en el que todo se acabe, en el que ya el cielo no quiera mantenerse firme, ellos dos se darán cuenta de que el tiempo que estuvieron separados no fue más que un error, un gran error.
Se mirarán a los ojos, y se darán cuenta de que el amor perduró, mas allá de los años que pasaron, eran el uno para el otro.
Se besarán, y será el mejor beso que podría haber existido. Un beso en donde se crucen todos los sentimientos que se guardaron en un baúl bajo candado, ese beso tan deseado, el beso del reencuentro.
Se darán cuenta de que para el amor no hay distancia, que cuando el amor es verdadero, el destino los vuelve a juntar, no importan las circunstancias.
Y fue ese el momento en el que el amor fue extremo, en el que sus corazones se unieron para siempre, y aunque intenten separarlos, ni con una bomba nuclear el amor terminaría.

Selene.